Antes que nada, saludar a todos aquellos que por azar o destino leen este blog. He estado perezoso estos días... varios días, pero gracias a una casualidad y un comentario vuelvo al mundo real.
Dedico ahora este post a una diosa viviente. Y no, no a ninguna estrella musical o artística. Cuando digo diosa, quiero decir exactamente eso.
Lali, la famosísima niña de dos caras "padece" (luego explicaré el porqué de las comillas) una duplicación craneofacial. Muchísimo se podría decir sobre este defecto, sobre todo si el que escribe es precisamente el que escribe, dada mi afición a la biología y temas afines.
Pero yo quiero ahora analizar el aspecto digamos social: Lali la pequeña hindú nació apropiadamente en un país donde se cree en la reencarnación y en una diosa, Durga, que si bien no se ha reencarnado exactamente como es (Durga en verdad tiene tres ojos, que no cuatro) se aproxima bastante.
Es este aspecto cultural y religioso que a mí me parece bellísimo como forma de expresión de la naturaleza humana, que es capaz de ensalzar lo que otros ven defecto y transformarlo en rasgo divino. Yo me admiraría si viera a alguien ascender a los cielos, aunque se llevara mis mejores sábanas. Del mismo modo y por lo tanto, es comprensible y debe serlo, que la gente se quede admirada al verla.
Concluiré con un final comentario muy mundano: esta niña ha llevado alegría a los padres, y en cierto modo, un poco de lucro. Lo cual es enteramente justificable pues ellos no han hecho de su hija una atracción de feria adrede; sino que la fama de Lali se ha ido extendiendo sola. Lo que prueba que a veces los dioses prefieren nacer entre los humildes. Y hay veces en que una mutación en el ADN y una ubicación geográfica se enlazan con un contexto cultural para parir una visitante del mundo superior. Que los hados te sean propicios, oh Durga.
Para leer sobre Durga: http://personal.telefonica.terra.es/web/indra-regalos/dioses/panteon%20hindu/durga.htm
Para leer sobre Lali: http://www.rpp.com.pe/detalle_120940.html
Dedico ahora este post a una diosa viviente. Y no, no a ninguna estrella musical o artística. Cuando digo diosa, quiero decir exactamente eso.
Lali, la famosísima niña de dos caras "padece" (luego explicaré el porqué de las comillas) una duplicación craneofacial. Muchísimo se podría decir sobre este defecto, sobre todo si el que escribe es precisamente el que escribe, dada mi afición a la biología y temas afines.
Pero yo quiero ahora analizar el aspecto digamos social: Lali la pequeña hindú nació apropiadamente en un país donde se cree en la reencarnación y en una diosa, Durga, que si bien no se ha reencarnado exactamente como es (Durga en verdad tiene tres ojos, que no cuatro) se aproxima bastante.
Es este aspecto cultural y religioso que a mí me parece bellísimo como forma de expresión de la naturaleza humana, que es capaz de ensalzar lo que otros ven defecto y transformarlo en rasgo divino. Yo me admiraría si viera a alguien ascender a los cielos, aunque se llevara mis mejores sábanas. Del mismo modo y por lo tanto, es comprensible y debe serlo, que la gente se quede admirada al verla.
Concluiré con un final comentario muy mundano: esta niña ha llevado alegría a los padres, y en cierto modo, un poco de lucro. Lo cual es enteramente justificable pues ellos no han hecho de su hija una atracción de feria adrede; sino que la fama de Lali se ha ido extendiendo sola. Lo que prueba que a veces los dioses prefieren nacer entre los humildes. Y hay veces en que una mutación en el ADN y una ubicación geográfica se enlazan con un contexto cultural para parir una visitante del mundo superior. Que los hados te sean propicios, oh Durga.
Para leer sobre Durga: http://personal.telefonica.terra.es/web/indra-regalos/dioses/panteon%20hindu/durga.htm
Para leer sobre Lali: http://www.rpp.com.pe/detalle_120940.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario