miércoles, 28 de mayo de 2008

Quisiera elevar un réquiem por el alma del gran poeta trujillano Alejandro Romualdo, hallado muerto hoy día, que Dios lo guarde:
http://www.elcomercio.com.pe/ediciononline/HTML/2008-05-28/encuentran-muerto-su-vivienda-al-poeta-trujillano-alejandro-Romualdo.html

Excelente muestra la que he visto la semana pasada.
Un sábado ocioso y bohemio el que he pasado. Como muchos sábados, y como mucha gente, no tenía nada que hacer, cuando revisando un Dominical de la semana antepasada veo en el artículo central un artículo sobre "Grandes maestros del arte peruano": Mérida, Rojas, Urbano y Sánchez. Emocionado por el hecho de poder disfrutar de una tarde artística en el bello centro de Miraflores partí, bañado y bien vestido, con rumbo a, primero, el Centro Cultural Ricardo Palma. Una vez ahí me di cuenta que estaba haciendo la ruta al revés. No importaba: la muestra no tenía un orden cronológico que se debiera seguir imperiosamente para poder entenderla así que me quedé un rato. Es simplemente impresionante el carácter y la fuerza que las obras de estos hombres causan en uno. Al ir a la Galería Miró Quesada Garland, terminé de ver la muestra, que es francamente recomendable. Me gustaría dejar mis impresiones, que aunque suenen huachafas o exageradas son sinceras y totalmente ciertas para mí.
Vayamos por partes.

Mérida tiene un cariz social indiscutible: la fuerza de sus esculturas radica en los materiales y sus características que ya se ha convertido en un autógrafo del escultor. Los campesinos (porque todos hijos de la tierra) representados con pies, manos y bocas exageradas muestran a este individuo como un ser vivo, lleno de sentimientos y oprimido por siglos. Manos y pies son como el mismo Edilberto dijo "extensiones de la Tierra".

Jesús Urbano es impactante: sus retablos son representaciones del mundo andino no solo real sino tambien de ese mundo mágico, producto de siglos de mestizaje y conjunción de culturas. En sus obras alternan pishtacos y santos con bandas de música y fiestas populares que parecen trascender de las cubiertas de vidrio que las protegen.

El realismo mágico de Santiago Rojas trasciende mi conocimiento sobre arte y escultura. A sus representaciones de diablos, danzantes y guerreros debemos sumar la grandiosamente fabricada ejecución de Túpac Amaru II, donde cada pequeño muñeco tiene rasgos distintos.

Por último pero no menos importante, Mamerto Sánchez es simplemente genial, sus vasijas policromadas, donde los ocres y cremas son reyes tiene un hálito del pasado, un nosequé que te hace sentir más en un museo (muy particular) de historia, que en una galería de arte. Innovador y a la vez tradicional.

Les invito a la página web de los GRANDES MAESTROS DEL ARTE PERUANO

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